RUBLEV, DE CAMPEóN EN MADRID AL HOSPITAL: "ESTABA CASI MUERTO"

El runrún era de hace unas jornadas. Andrey Rublev empezó enfermo el Masters 1000 ATP Mutua Madrid Open. Corría el rumor de un resfriado. Su voz tomada revelaba un constipado. Su técnico Fernando Vicente jugaba al despiste, no acababa de dar un diagnóstico de su pupilo, que iba sin embargo ganando partidos.

Cuatro había perdido antes de llegar a la Caja Mágica, donde en cuartos de final dio un recital para superar al bicampeón Carlos Alcaraz. Mantuvo el pulso en semifinales ante el estadounidense Taylor Fritz.

Remató contra el canadiense Felix Auger-Aliassime, 4-6, 7-5 y 7-5 en 2h.47' de final bajo el techo del Estadio Manolo Santana. "No habrá celebraciones, mañana tenemos que ir al hospital para que le hagan unas analíticas", revelaba Fernando Vicente a los micrófonos de RTVE una vez su jugador había sellado su segundo título de Masters 1000 ATP, tras Montecarlo 2023.

Rublev daba más detalles de su delicado estado físico, que acusó en el inicio del partido, en el que le costó entrar. "Me sentía casi muerto todos los días. No dormía por la noche. Los últimos 3 o 4 días apenas dormí”, confesó el ruso.

Por ello entre sus dedicatorias en el discurso de campeón hubo unas palabras sentidas dirigidas al equipo médico del torneo. "Son los mejores. Son magos. Hicieron cosas muy complicadas para que al menos pudiera jugar. Tengo que darles todo el crédito".

"Es la primera vez que me siento tan mal en mi vida"

Entre la ayuda de los especialistas, el apoyo de su gente y su propio tenis y capacidad competitiva, pudo celebrar "el título que más me enorgullece de mi carrera". 

Confesó que "es la primera vez que me siento tan mal en mi vida. No puedo tragar, me duele la cabeza, no sé si son anginas, un virus. Voy cargado de medicamentos, que si inyecciones, pastillas para el dolor...". 

Y reveló que "me han anestesiado un dedo del pie. Se me inflamó el dedo y el pie. No podía ni calzarme. Me tuvieron que anestesiar para que no notara la presión en el hueso".

Estubo al borde de la retirada a diario, pero se mantuvo y acabó encontrando la mejor recompensa. Aunque preocupa su salud. "No sé qué es lo que me pasa. Estoy enfermo ocho o nueve días y eso no es normal. No he mejorado. Sigo enfermo y tendré que ir al hospital para hacerme pruebas y ver qué pasa".

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