El miércoles Rafa Nadal se despidió del Barcelona Open Banc Sabadell-Trofeo Conde de Godó. "Casi con toda seguridad he jugado mi último partido, lo he encarado pensando que era el último", aseguró el manacorí antes de abandonar su club, el RCT Barcelona-1899.
"El objetivo era jugar y que no pasase nada, irme sano", significó el balear, 37 años, después de perder ante el australiano Alex de Miñaur. Peleó el set inicial, 5-7, se contuvo en el segundo, 1-6, porque "en este momento no toca. No podía haber partido, había que jugar con lo que tenía".
Porque será en Roland Garros, "ahí sí", donde se entregue sin miramientos físicos, "y que sea lo que Dios quiera",.
Habló de un calendario previo que pasaba por Madrid y Roma. "En Madrid intentaré dar un poquito más y en Roma otro poquito más", con la idea de ir acumulando carga de entrenamientos y competición. Aunque yendo día a día, porque "voy midiendo cómo me voy encontrando, mi cuerpo me va hablando".
"Espero estar en Madrid", aseguró. Y la gran noticia es que no ha tardado ni dos días desde el Godó para acudir a la Caja Mágica, donde ha entrenado este viernes.
Quiere probarse ensayando sets de calidad con rivales rodados, debe adecuarse al factor altura de la capital española. Además, como no partirá como cabeza de serie, la primera ronda se desarrollará entre el miércoles y el jueves próximos.
Nadal llegó a Barcelona en el puesto 644 del ranking mundial, provisionalmente ocupa el 512. Es lo que cuenta para el sorteo del cuadro, que se hará el lunes a las 11 de la mañana. Entra en la competición como noveno del mundo, su ranking protegido por larga lesión.
Que esté en Madrid, sin apenas pausa, supone otro avance de Rafa Nadal, en una nueva parada hacia Roland Garros.