Igor Zubeldia está perdiendo en las últimas semanas su condición de infalible, que lució con honor durante buena parte del curso. Quizá le pasa factura la explotación a la que fue sometido cuando jugó infiltrado y el tobillo maltrecho.
No fue una pifia descomunal ni mucho menos, pero fue una acción que quizá habría resuelto con acierto en otras calendas. En el gol de Güler parecía estar en buena disposición para despejar el cuero antes de que llegara al otomano, pero prefirió dejarlo por delante y, cuando quiso alejarlo con la zurda, se dio cuenta de que no llegaba y tampoco tenía tiempo de tirarse en tackle.
Además, vio una merecida amarilla que es la decima y le impide jugar el próximo sábado ante Las Palmas, partido vital en casa.