LAS CORTESíAS DE BUTRAGUEñO EN EL FúTBOL FEMENINO: «ME LLAMó Y YO, LA MáS EMOCIONADA DEL MUNDO; GUARDé EL TELéFONO A VER SI ALGúN DíA...»

«A mí, compañero, lo que me gustaría es ser invisible». La frase con la que Emilio Butragueño regateó a Enrique Ortego cuando este le trasladó su intención de escribir un perfil sobre él en Relevo puede que sea una de las más representativas a la hora de describir al director de relaciones institucionales del Real Madrid. El exjugador, leyenda del club blanco y líder de la 'Quinta del Buitre', no solo es la figura que da la cara y representa a la entidad madridista ante la televisión, en eventos o actos institucionales. Emilio Butragueño se mueve en las entrañas del fútbol con gentileza y sus gestos, a través de cartas de ánimo o llamadas de comprensión, no distinguen entre fútbol masculino y femenino.

Coincidencias de la vida, y del periodismo, en la última semana se toparon en Relevo dos testimonios que destapaban algunos de los detalles de cortesía que ha tenido el legendario jugador del Real Madrid con jugadoras como Nahikari García o Sheila Guijarro.

Ya fuera por el error deportivo de la primera en un partido de la Selección Sub-19 o por la lesión, tras un golpe en el ojo, de la segunda durante un derbi. Butragueño les trasladó su ánimo y apoyo a una y otra. Y lo cierto es que este patrón para nada es aislado. Pues el director de relaciones institucionales del Real Madrid siempre ha cumplido con estos detalles en el fútbol masculino y no ha dudado en trasladarlos desde hace años al femenino.

De hecho, en el Real Madrid hay una norma no escrita en la que se envía siempre una carta firmada por él a todos los jugadores lesionados de larga duración. Da igual que sean rivales o no. Las misivas llegaron desde Gavi, del Barça, a Rüdiger, cuando se rompió el ligamento cruzado anterior de su rodilla derecha en la Roma. También escribe mucho a jugadores cedidos o que guardan relación con el Real Madrid de una u otra forma con el club, como Miguel Gutiérrez o Rafa Marín.

De ellos a ellas. Butragueño también ha mantenido su gentileza en el fútbol femenino. Un ejemplo de ello fue la llamada a Nahikari tras la final del Europeo Sub-19 en 2016, cuando España cayó por 2-1 ante Francia. Después de fallar un penalti, la delantera de Urnieta pudo forzar la prórroga. Sin embargo, erró a puerta vacía en el minuto 91. Un fallo que lastró psicológicamente durante un tiempo a aquella joven Nahikari de 19 años.

«Cuando perdimos y fallé esa ocasión, yo estaba de vacaciones y me acuerdo que me llamó Butragueño y todo. Yo era jugadora de la Real Sociedad todavía y yo estaba flipando. Me dijo que no me preocupara y que no pasaba nada. Yo la más emocionada del mundo, guardé el teléfono a ver si algún día... -risas-. Le he visto más veces después de eso y no le he dicho nada. También me escribió Raúl a través de Jorge Vilda alguna vez me mandó un mensaje«, recordó Nahikari en el último programa de Quiero Ser Como, el programa de Relevo en Youtube dedicado al fútbol femenino.

La ahora jugadora del Athletic, al que llegó el pasado verano tras jugar dos temporadas en el Real Madrid, rememora lo que ocurrió en aquella final como uno de los momentos más duros en su carrera como futbolista. Tras aquel golpe, Nahikari vivió unos meses en los que tuvo que aislarse de las redes sociales y de lo que se decía de ella en los medios de comunicación.

«Me pasó factura y no solo emocionalmente. Recuerdo que, en la siguiente temporada, estaba enferma casi siempre», apunta, antes de subrayar: «Fallé un penalti y una ocasión debajo de la línea. Mi madre decía que en ese momento escuchó como se me rompía el corazón. Pensaba que iba a ser el peor momento de mi vida«. Lo superó y guarda en un lugar especial de sus recuerdos aquella llamada de ánimo de Butragueño, que ya por 2016, cuatro años antes del desembarco oficial del Real Madrid en el fútbol femenino, hacía sus pinitos en esta categoría.

Años después del gesto que ilusionó a una joven Nahikari, el director de relaciones institucionales del Real Madrid es un habitual en actos relacionados con el fútbol femenino. Recogió el Golden Girl de Linda Caicedo, ha acompañado a futbolistas como Olga Carmona en varios eventos, ha entregado las camisetas de centenarias a varias de las jugadoras que han superado los 100 partidos con el club blanco y no ha cedido en sus llamadas o mensajes a futbolistas que han tenido un problema físico o de otra índole.

Un ejemplo más reciente de su atención en este sentido se produjo con Sheila Guijarro como protagonista. La delantera del Atlético de Madrid sufrió un golpe en el ojo tras un codazo fortuito de Kathellen Sousa en el área durante el último derbi frente al Real Madrid en Liga F, con empate 1-1. Una acción polémica, ya que la árbitra no pitó penalti, en la que la jugadora valenciana sufrió un traumatismo ocular con hematoma asociado. 

«Al final, la jugada fue un trance del partido que puede pasar, pero sí que es verdad que es una acción muy clara que tiene que ver la árbitra. Yo estoy tranquila. Hablé con Kathellen, que me escribió para ver como estaba«, comenzó contando Sheila en una entrevista con Relevo. La brasileña no fue la única que se interesó por el estado de la jugadora del Atlético. «Tuve una llamada de Butragueño. En plan, preocupándose mucho por mí y estoy agradecida. Muy buen detalle«, señaló Sheila Guijarro.

Sin distinguir entre rivales, polémicas o categorías, los gestos 'invisibles' del exjugador y directivo del Real Madrid se extienden por el fútbol. Una gentileza que muchos destacan y de la que él nunca alardea, evitando la foto en tiempos en los que se busca continuamente el post en redes. Su silencio y actitud discreta da valor a la deportividad. Ya sea en el masculino o en el femenino. Porque en esto no hay colores o género.

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