LA INDIGNACIóN DEL BARçA: “ESTO NO PUEDE SER”

“¡Esto no puede ser!”, soltó Joan Laporta, en Montilivi. Indignado. Sin esconderse. La remontada del Girona en apenas diez minutos ante un Barcelona que dominó el partido pero que se diluyó como un azucarillo en el tramo final, sacó de quicio al siempre emocional presidente del Barcelona.

Montilivi es un estadio municipal levantado en 1979 pequeño y humilde. Caben 14.000 personas en parte gracias a las gradas supletorias que se aguantan en unas estructuras de hierro ortodoxas y, por supuesto, lejos de la estética de los grandes equipos de Europa con los que se encontrará el Girona el curso que viene en la Champions. Los accesos también son de lo más prácticos. Pequeños y unidireccionales por lo que resulta fácil medir el estado de ánimo de los que ganan y de los que pierden.

Xavi, que alzó la voz ayer en el entrenamiento, quitó la fiesta prevista para hoy: les toca remar

En el lado triunfador estaban el director deportivo del Girona, Quique Cárcel, acompañado de Pere Guardiola, presidente del consejo de administración del Girona. Felices. Eufóricos.“Estamos en Europa. En la Champions. No lo vimos venir al principio de curso. Esto no se me olvida”, decía Cárcel, el arquitecto en la sombra de un Girona que, con un presupuesto de 59 millones, no figura entre los diez primeros de la Liga. El olfato de Cárcel también eligió a un técnico, Míchel, al que le ofreció la renovación el año en que regresar a la Primera División era una absoluta quimera.

Cuando los focos se apagaron, más de un jugador del Girona vestido con sus camisetas conmemorativas para celebrar que están en la Champions, pisó el césped para hacerse fotos y vídeos. Hasta hicieron alguna videollamada.

La felicidad del Girona

No les faltaron motivos. Tres años después, con un juego excelso desarrollado por jugadores jóvenes a los que Míchel les ha sacado el máximo rendimiento, el Girona es segundo a cuatro jornada para el final y estará seguro el año que viene en la Champions. “Este es un proyecto maravilloso con jugadores que quieren crecer. Hemos pasado de Segunda División a la Champions en tres años”, valoró Míchel. El técnico le dio ayer fiesta al equipo. Pero hoy volverán a entrenarse. No quieren que la segunda plaza se les escape.

Míchel tiene otro deseo para el curso que viene. Quiere jugar contra el Liverpool en Anfield y recibir al Bayern o al Inter en Montilivi. O dónde sea. Porque el Girona ya sabe que la UEFA no les permite usar las gradas supletorias, por lo que, Montilivi solo podría albergar a 9.000 personas. “Ojalá aparezca algún histórico. Pido ir a Anfield y que venga el Inter”, dijo Míchel entre risas.

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En el Barça, en cambio, todo eran caras largas. Tras el partido se reunieron en un mini cónclave Laporta junto al director deportivo Deco, el vicepresidente Rafa Yuste, su mano derecha Alejandro Echevarría y Enric Masip, uno de sus asesores. Este último siempre fue de los más críticos con la continuidad de Xavi Hernández al frente del banquillo. Y se le vio especialmente indignado. Pero en este Barça todo es emocional. Y aunque el día después fue duro, nadie le comentó a Xavi Hernández nada relacionado con su futuro. De hecho, le trasladaron al técnico que ahora lo más importante era recuperar la calma y la entereza. Terminar la temporada y centrarse en el mercado de fichajes.

Xavi y su cuerpo técnico están decididos a seguir

Xavi y su cuerpo técnico están decididos a seguir. El staff entiende que los 65 buenos minutos del Barça en Montilivi y el desplome de después forma parte del proceso de crecimiento. El camino de regreso a Barcelona en autocar fue más bien silencioso.

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En cambio ayer Xavi alzó la voz. Les recordó a sus jugadores que quedan cuatro partidos. Cuatro finales contra la Real Sociedad, Almería, Rayo Vallecano y Sevilla. Es primordial ganarlos para intentar escalar hasta la segunda posición. Ir a Arabia Saudí para disputar la Supercopa implica, de entrada, 10 millones de euros de ingresos. Hay un millón más para el finalista y el ganador se lleva 2 millones más.

Ayer en la sesión de recuperación la plantilla estaba tocada. Sobre todo Sergi Roberto y Araújo. También los jóvenes. “Cometemos demasiados errores”, les dijo Xavi. Toca remontar. Anímicamente y futbolísticamente. Lo harán juntos. Para empezar, hoy tenían fiesta. Xavi dijo que ni hablar. No hay fiesta si se pierde.

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