EL FúTBOL ESPAñOL DA LA ESPALDA A JESé, CADA VEZ MáS VISTO COMO EL FERRARI QUE ESTá EN UN DESGUACE

El fútbol español da la espalda a Jesé Rodríguez. Ningún equipo ha querido correr riesgos de incorporar a un futbolista que lleva un año sin equipo, desde que dejó el Coritiba brasileño, y no hay garantías de que pueda recuperar su mejor nivel. Es la condena de Jesé. No encuentra la manera de que le abran las puertas en nuestro país, le den una oportunidad para reivindicarse y demostrar que no está acabado.

El pasado pesa al canario, las idas y venidas de un equipo a otro, cesiones y una larga inactividad. Tiene 31 años, una edad en la que un futbolista acumula experiencia y madurez. El talento está fuera de dudas, pero el físico le perjudica. No ya por una grave lesión de rodilla que sufrió en el Real Madrid y que no le volvió a dar problemas para seguir compitiendo. Está sin ritmo.

El Eldense confirma que Jesé se ofreció para jugar en el equipo alicantino y fue descartado como si se tratara de un Ferrari que ya está para el desguace. Bonito y llamativo por fuera, pero improductivo y demasiado manoseado por dentro. "Hubiera sido bonito que hubiera venido el Jesé del Real Madrid o el del PSG", declara Manu Guill, su director deportivo. La tentación estaba ahí para el Eldense, como para otros clubes de la Segunda división a los que se ofreció el canario y finalmente le rechazaron.

El problema de Jesé viene de las enormes expectativas que generó como perla de la cantera del Real Madrid y las comparaciones que le señalaban como el nuevo Cristiano Ronaldo. No supo gestionar la fama un chico de 20 años que mostró inmadurez, fichó por el Paris Saint-Germain por 25 millones, con un sueldo millonario de 5 millones anuales y una vida marcada por las excentricidades.

En lo deportivo, empezó a dar tumbos y las probabilidades de confirmar que volvería a verse la mejor versión de Jesé se fueron derrumbando. Ha jugado en nueve equipos diferentes (Real Madrid, PSG, Stoke City, Sporting de Lisboa, Las Palmas, Betis, Ankarugucu, Sampdoria y Coritiba) y en siete países. Demasiados cambios, poca estabilidad, muchos intentos para reivindicarse, con brotes verdes en sus cesiones a Las Palmas y el Betis y fiascos en Turquía, Italia y Brasil.

Los errores y la madurez

De los errores se aprende, la madurez llega cumpliendo los años y el talento no se pierde si lo trabajas con voluntad y constancia. Jesé lleva tiempo queriendo recuperar el tiempo perdido, pidiendo más oportunidades para sentirse futbolista y demostrar que es competitivo. Pero en el fútbol profesional hay que tener algo más que calidad. A los clubes les echa para atrás la forma física del canario. Puede que también pongan su cabeza sobre la mesa de análisis para valorar su incorporación.

Ulises Sánchez-Flor

Jesé tiene hambre y ganas de formar parte de un proyecto. No se ha abandonado, como así quiere demostrarlo con vídeos y mensajes en sus redes sociales, donde se le ve entrenar en solitario en el gimnasio y en un campo de fútbol con un preparador personal. Esa oportunidad de un equipo español, su prioridad antes de estudiar otras ofertas del extranjero, no llega.

Es la tristeza de un futbolista que decide no rendirse, que sufre por estar sin equipo y al que le gustaría que le dieran una oportunidad, como ha sucedido, por ejemplo, con el fichaje de James Rodríguez por el Rayo Vallecano o el de David de Gea, tras un año en el paro, por la Fiorentina. El colombiano tiene semejanzas con Jesé por la calidad individual y la cantidad de equipos y países que ha pasado (Francia, España, Inglaterra, Qatar, Grecia y Brasil) hasta que el presidente Raúl Martín Presa le ha abierto las puertas del club vallecano.

Ulises Sánchez-Flor

Otro de los problemas de Jesé viene derivado de su exposición en los programas de televisión, compartiendo momentos con su mujer e influencer Aurah Ruiz, con una imagen más alejada de lo deportivo y cerca de la frivolidad. Le resta para que se lo tomen más en serio.

Su gran deseo, lo que más le haría feliz, sería regresar a la Unión Deportiva Las Palmas. Jugar en su tierra, ante su gente, con la motivación de mostrar que tiene fútbol que dar y es otro. Ya no prioriza el dinero. Pero su última salida del equipo canario estuvo rodeada de polémica, tras el playoff de ascenso en 2022, con sus diferencias por no jugar con el entrenador García Pimienta. El futuro de Jesé sigue siendo incierto.

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