EL CITY SE ESTRELLA CONTRA EL MURO DEL INTER EN EL ETIHAD

El Manchester City tropezó en su estreno en la Liga de Campeones frente al Inter, que fue un muro infranqueable para el equipo de Guardiola. Ni por abajo ni por arriba pudo el equipo inglés doblegar la resistencia de los italianos. Gündogan pudo desequilibrar con dos remates de cabeza en el descuento, pero, a pesar de su magnífica posición, uno se le fue a las manos del portero y el último, ya en los segundos finales del partido, se marchó alto. Allí agotó el City su pólvora.

El cineasta Gonzalo Suárez financió su primera película, Ditirambo, con el dinero que le dio el Inter por los informes que escribía para Helenio Herrera, entrenador, pareja de su madre e introductor del catenaccio en el equipo milanés. Si quedaron aparcados en algún archivador, a Inzaghi le pudieron servir para enfrentarse al City, porque, al fin y al cabo, la forma de jugar del moderno Inter en el Etihad Stadium no fue diferente a la de aquel equipo interista de las dos Copas de Europa de los años sesenta.

Se trataba de tener paciencia, levantar un muro, desesperar a los ingleses y después correr. Aislado Haaland, sin contacto con la pelota, un hombre que cada balón que toca lo convierte en oro, el juego basculaba de un lado a otro, con Rodri distribuyendo a los costados para Savinho o Grealish y De Bruyne desesperado porque enfrente solo veía piernas y no encontraba los espacios hacia la portería de Sommer.

Asumieron con humildad los milaneses su papel de equipo inferior, o simularon aceptarlo con resignación, pero respondían a campo abierto cuando las líneas adelantadas del Manchester City perdían la posesión de la pelota. Así que a los disparos de Haaland en medio del bosque, respondía Thuram después de un error de Rodri; al pase atrás de De Bruyne que no encontró rematador, contestaba Carlos Augusto, ya en el descuento, para que Ederson tuviera que trabajar abajo. Para entonces, Guardiola ya empezaba a activar el primer cambio de su equipo, porque De Bruyne renqueaba después de un golpe con el portero del Inter.

Así que tras el receso, Gündogan salió por el capitán y el talentoso Foden reemplazó a Savinho, buscando sus cualidades para beneficio de su equipo. Pero el Inter siguió igual, con la defensa muy atrás pero muy ordenada, bloqueando el juego interior del City, que trataba de no perder la calma, moviendo la bola de aquí para allá, acaparando la posesión, pero con un ojo puesto en las salidas rapidísimas de su rival, que pudo adelantarse en un contragolpe en el que Darmien se plantó ante Ederson, pero le pudo el vértigo y, en lugar de disparar, decidió tocar atrás con el tacón para el amigo invisible.

Perseveraba el City, se movían los banquillos y fue Foden el que tuvo la ocasión más clara cuando Gündogan le filtró un balón que le dejó solo en el punto de penalti. Su disparo lo neutralizó Sommer. Pero cada golpe tenía réplica. Mkhitaryan desperdició otra buena contra con un disparo alto.

La resistencia interista se hizo numantina en los minutos finales cuando ya desistió de su interés por desplegarse rápido. Ni con Lautaro Martínez, que apareció en la segunda parte, se atrevió el equipo de Inzaghi a salir a la contra. Sin fuerzas ya, después de tantos minutos de pelea, se encomendó a su capacidad de resistencia. Claro que el City tampoco estaba para muchos trotes, así que con los dos cabezazos de Gündogan, que pusieron al banquillo italiano al borde del infarto, se acabó lo que se daba.

En el resto de la jornada, el Sparta de Praga se deshizo del Salzburgo (3-0), el Celtic goleó sin piedad (5-1) al Slovan de Bratislava y el Borussia Dortmund hizo buenos los pronósticos para ganar 0-3 en el campo del Brujas, con dos goles de Bynoe Gittens y otro de Guirassy. Mientras, el Bolonia y el Shakhtar empataron sin goles.

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