LOS CINCO PEORES FICHAJES DE LA HISTORIA DEL BARçA (EXTERIORES)

Epi, Juan Carlos Navarro, Dejan Bodiroga, Pete Mickeal... La lista de jugadores exteriores que han marcado época en el Barça es muy larga hasta el punto de que todos los nombrados son mitos históricos del primer equipo de baloncesto. Sin embargo, el club también incorporó en su día a exteriores cuyo rendimiento quedó muy lejos de lo esperado. Estos son, a nuestro juicio, los cinco peores fichajes del Barça en posiciones exteriores desde que se creó la Liga Endesa en 1983.

Michael Saulsberry (1989)

Incombustible pero limitado

Un invento de Aíto que salió rana. Este alero de 2,03 estaba entrenando con el Breogán tras participar con el Linares en una liga independiente llamada Circuito de Baloncesto  Profesional. El técnico del Barça, que le había visto en algún partido, le reclutó para cubrir la baja del lesionado Audie Norris. Pasó sin pena ni gloria por el Palau, con medias de 7,3 puntos y 3,3 rebotes en los diez partidos que jugó. El Barça ganó la liga y Saulsberry prosiguió su carrera en ligas menores como la Primera B o la mexicana. Lo más destacado de su trayectoria es que se estiró hasta que tenía 48 años.

Michel Morandais (2007)

Seis negativos consecutivos

Convocado regularmente por la selección francesa, el Barça de Dusko Ivanovic reclutó a este alero físico y no muy alto (1,95) para sustituir temporalmente al lesionado Alex Acker. Empezó bastante bien, con dos partidos de 15 y 18 puntos, pero después encadenó seis partidos valorando en negativo. Tras salir del Palau después de un total de diez encuentros, esa misma temporada jugó otros once en el Estudiantes para ay no volver nunca más a la Liga ACB.

Jonathan Holmes (2016)

Un parche poco efectivo

Una de las peores temporadas del Barça en cuanto a fichajes fue la 2016-17, la dirigida por Georgios Bartzokas. En verano llegó una gran estrella que acabó estrellada (Tyrese Rice) y Petteri Koponen, que antes de debutar sufrió un grave accidente de coche que le tuvo tres meses KO. Durante la temporada llegaron varios refuerzos (Renfroe, Faverani, Munford, Holmes) y ninguno destacó especialmente. El más fugaz y poco rentable fue el ala-pívot estadounidense Jonathan Holmes, que estuvo dos meses para reforzar al equipo ante las bajas de Doellman y Claver. Jugó diez partidos (3 en Liga Endesa y 7 en Euroliga), destacando al principio para después ser perder gas y valorar tres veces en negativo. Años después jugaría en el Canoe de LEB Oro

Chuck Eidson (2011-12)

Un multiusos que no encajó

Fue uno de los fichajes más importantes del Barça en el verano de 2011 tras dos temporadas muy buenas en el Maccabi Tel Aviv. Llegaba con 30 años y la vitola de ser uno de los americanos más completos (anotaba, reboteaba, asistía...) y respetados de Europa, por lo que se le hizo un gran contrato (tres años a razón de 1,8 millones anuales).  Pero en el Barça mostró luces y sombras. Empezó muy bien pero poco a poco fue perdiendo protagonismo. Se lesionó en la final de Copa y cuando regresó su protagonismo fue residual, lo que acabó provocando la rescisión de su contrato.

Christian Drejer (2004-2005)

De pelotazo a bluff

Cuando el Barça logró sacarle de la NCAA (Florida) a media temporada, todo el mundo valoraba el movimiento como una gran operación de la secretaría técnica azulgrana. Se trataba de un alero muy fino y con gran tiro exterior al que se le presuponía un futuro brillante, NBA incluida. El jugador danés de 2,05 avisó con brillantes destellos en su primera temporada pero se sumió en la mediocridad en la segunda, perjudicado por un rosario de lesiones. En sus 40 partidos con el Barça Drejer no pasó de una media de 4,4 puntos y 2 rebotes. Después pasó por Bolonia y se tuvo que retirar muy joven, con 25 años, por una grave lesión de tobillo.

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