Todo estaba listo para que ayer se viviera otra de las llamadas 'noches mágicas' de Euroliga en el Palau Blaugrana.
Con el pabellón lleno hasta la bandera, abarrotado por 7.742 aficionados (la mayoría culés) animando desde mucho antes del inicio del partido, el Barça se jugaba, ante su público, el pase a la ansiada Final Four de la Euroliga.
Pero lo que debía ser una noche repleta de alegría y celebración acabó transformándose en, sin duda alguna, la más dolorosa y triste de la temporada, después de que el Barça cayera por 59-63 ante Olympiacos en el quinto y definitivo partido del playoff de Euroliga.
Un tropiezo que deja al conjunto azulgrana realmente tocado, sin su cuarta Final Four consecutiva, y con muchas dudas para afrontar los dos últimos partidos de Liga Endesa y, lo que es más preocupante, los inminentes playoff por el título.
Pasadas ya unas cuantas horas desde el varapalo sufrido ayer en el Palau, es momento de analizar algunas de las claves que ayuden a explicar (que no justificar) la dolorosa derrota de los de Roger Grimau cuando, a priori, lo tenían todo a su favor para sellar el pase a la Final Four de la Euroliga
La 'vieja guardia', fundida y errática
'Sato', Kalinic y Vesely, desconocidos
Si algo ha caracterizado a Roger Grimau a lo largo de su primera temporada en el banquillo del Barça ha sido su clara apuesta por los jugadores más veteranos y experimentados de la plantilla: Satoransky, Vesely y Kalinic, han sido, junto a Laprovittola, los que más minutos han acumulado a lo largo de la temporada y ayer, en el momento más decisivo de la temporada, ninguno de ellos ofreció su mejor versión. A excepción del tercer partido en El Pireo, el base checo ha estado muy flojo en esta serie y ayer solo anotó 2 puntos, ambos desde el tiro libre. Su compatriota Vesely, tampoco vivió su mejor noche como azulgrana, firmando 4 pérdidas y un -2 de valoración. Pero mención aparte merece Kalinic. El alero serbio ha firmado una serie muy discreta (3,6 puntos), pero ayer acabó sin anotar y con un ¡-9 de valoración!. Demasiado lastre para salir victorioso ante un conjunto tan bronco como Olympiacos.
Los bases, sin puntos en las manos
No fueron una amenaza para la defensa rival
A excepción de Laprovittola, que últimamente no juega como base y ayer se fue hasta los 17 puntos (aunque con un 5/15 en tiro), el Barça ha sido incapaz de producir puntos desde el puesto de '1' y ser una mínima amenaza para la defensa de Olympiacos a lo largo de esta serie. Pero lo de ayer fue realmente preocupante. A pesar de aportar en otras muchas facetas del juego (Ricky robó 5 balones y dió 4 asistencias; 'Sato', cogió 8 rebotes y reaprtió 5 asistencias, y Jokubaitis acabó con 2 asistencias y 1 rebotes en sus 6 minutos de juego), lo cierto es que entre los tres anotaron solo 10 puntos, una cifra demasiado baja para un equipo que aspira a estar, ni más ni menos, que en la Final Four de la Euroliga. Olympiacos lo supo ver y sacó provecho de ello.
La noche aciaga de Jabari Parker
El ala-pívot acabó con un ¡0/7 en triples!
El ala-pívot estadounidense llegaba a esta serie en su mejor momento de la temporada y recién renovado con el Barça hasta el 2026. De hecho, en los tres primeros partidos (saldados con dos triunfos culés), Parker promedió casi 17 puntos, 7 rebotes y 17 de valoración por encuentro, siendo el gran referente ofensivo de los de Grimau. En el cuarto, es de los pocos que se salva de la debacle en El Pireo (10 puntos en 18 minutos), pero, realmente, él sabía que su examen era en el quinto y decisivo encuentro, en el Palau Blaugrana. A pesar de no esconderse e intentarlo de todas las maneras, lo cierto es que Jabari vivió ayer una noche aciaga en el tiro: 4 puntos, con un 2/13 en tiros de campo, incluido un ¡0/7 en triples!
Tan solo fue un mal partido, pero llegó, sin duda, en el peor momento.
La gestión de los interiores azulgrana
Con Vesely mal, Willy sólo jugó 12 minutos
Por todos es de sobras conocida la predilección de Roger Grimau por Jan Vesely (titular habitual y jugando los minutos decisivos de los partidos) por encima de Willy Hernangómez en el puesto de '5'. Pero ayer no fue la noche del interior checo (6 puntos, -4 de valoración y un -7 con él en pista) y, fiel a su estilo, Grimau le mantuvo en pista durante 28 minutos. En cambio, el pívot internacional español sí que parecía estar inspirado, sobretodo en ataque, donde fue capaz de sumar 9 puntos (amén de 3 rebotes) en tan solo ¡12 minutos de juego! Además, con él pista, los azulgrana firmaron un parcial de +3, por lo que no se entiende que Grimau no le utilizara más en el tramo final del encuentro.
Y por no hablar de James Nnaji, que no jugó ni un solo minuto y podría haber sido una interesante opción ante la superioridad física de Fall o el daño que estaba haciendo dentro de la zona el serbio Milutinov.
Brizuela y Parra, desaparecidos
Dos de los fichajes del verano, sin minutos
Y si antes comentábamos la situación de Willy, por lo menos, el pívot sí que fue ayer de la partida. Algo que no pueden decir otros de los fichajes extrella del conjunto azulgrana del pasado verano: Darío Brizuela y Joel Parra. El escolta vasco llegó procedente del Unicaja previo pago de su cláusula de 1 millón de euros, pero en este tramo decisivo de la temporada ha desaparecido de los esquemas de Roger Grimau. De hecho, en esta serie solo ha jugado dos ratos en Atenas, y ayer, en un partido bronco y en el que al Barça le costaba anotar, la chispa y la energía de Brizuela quizás hubiera servido para desatascar el encuentro.
Y el caso de Parra es aún peor. El alero catalán, por el que también se pagó más de un millón al Joventut este pasado verano, ha vivido los cinco partidos del playoff desde la grada, vestido con el polo del club, no convocado y animando al equipo como un aficionado más. Viendo el rendimiento de Kalinic, la opción Parra podría haber resultado una alternativa de lo más interesante.
Los jugadores de banquillo, clave
McKissic, Petrusev y Milutinov, decisivos
Antes de llegar a este quinto partido, ya destacábamos que los dos máximos anotadores y jugadores más valorados de Olympiacos en esta serie eran dos suplentes habituales: McKissic y Petrusev. Pues bien, ayer se les unió el base estadounidense Williams-Goos y el pívot serbio Milutinov. Con titulares del calibre de Canaan, Walkup o Peters muy lejos de su nivel habitual, Bartzokas sí que supo encontrar respuesta en su banquillo, algo que no consiguió un Grimau (a excepción de Willy y Abrines), con dos jugadores que ni llegaron a pisar la cancha (Brizuela y Nnaji) y otros dos que no llegaron a los 10 minutos de juego (Jokubaitis y Da Silva) y aportaron solo 2 puntos entre ambos.
Grimau y Bartzokas, dos polos opuestos
La experiencia es un grado
Roger Grimau, para bien y para mal, es un técnico novato en la Euroliga. Y eso, en un momento tan importante y decisivo de la temporada, ha acabado notándose. El técnico azulgrana sorprendió (positivamente) a muchos a principios de temporada por su propuesta ofensiva y con un alto ritmo de juego, pero también ha sido criticado a lo largo del año por su poca capacidad de improvisar durante los encuentros, de cambiar tendencias negativas, de hacer cambios excesivamente 'rígidos' (porque tocan), sin tener en cuenta el momento en el que se encuentra un determinado jugador o de cómo ha gestionado la plantilla desde la llegada de Ricky Rubio a mitad de temporada. Y ayer, lamentablemente, se juntaron varios de estos elementos. En cambio, Giorgios Bartzokas, que no pudo triunfar en su etapa como entranador del Barça, ha demostrado cómo sacar el máximo rendimiento de una plantilla, teóricamente, con menos calidad individual que la azulgrana: sus jugadores saben a lo que juegan y siguen sus ideas a muerte, con una alta presión defensiva y luchando por cada balón como si fuera el último. Además, el técnico griego ha sabido encontrar soluciones desde el banquillo cuando alguno de sus jugadores no estaba en su mejor momento. De la batalla de los entrenadores también salió victorioso el Olympiacos.